600 hectáreas del narcotráfico pasan a manos campesinas en Victoria, Caldas para sembrar plátano y Cacao
Durante años, los habitantes de Victoria, Caldas, fueron testigos de cómo amplias extensiones de tierra fértil estaban bajo el dominio de redes del narcotráfico y grupos armados ilegales. Eran territorios silenciados, marcados por operaciones clandestinas y economías ilícitas que se arraigaron profundamente en la región.
Hoy, esos mismos predios están escribiendo una historia distinta: una historia campesina. La Agencia Nacional de Tierras ─ANT─ adelantó en la vereda La Julia, en Victoria (Caldas), la recuperación material de dos predios que durante décadas habían pertenecido a estructuras del narcotráfico y del conflicto armado.
El propósito ahora es diferente: destinarlos a familias campesinas mediante el programa de Dotación de Tierras, una medida pensada para democratizar la propiedad rural en zonas históricamente afectadas por la violencia.
Alexánder Perdomo, presidente de Agrovíctimas, dijo que pasaron mucho trabajo, discriminación y estafas antes de cumplir este sueño. “Esto fue una lucha incansable y pasamos por demasiadas dificultades, pero en este momento, con el Gobierno del presidente Petro, los sueños sí se cumplen”.
Uno de los predios recuperados perteneció a Pedro Germán Ariza Quintero, implicado en lavado de dinero y rebelión (vinculado con el Frente 47 de las FARC). Las autoridades establecieron que esta estructura mantenía conexiones con Aide Liliana Molina, alias ‘Amanda’, integrante de la organización y pareja de Alirio Rojas. Según las investigaciones, esta red se dedicaba a crear empresas fachada, adquirir y administrar bienes y desarrollar actividades destinadas a sostener las finanzas del grupo subversivo.
En la misma zona, otro de los predios recuperados tenía antecedentes similares. Su antiguo propietario, Augusto de Jesús Vásquez, había sido incluido en la Lista Clinton por presuntos vínculos con organizaciones del narcotráfico. Además, fue asociado al equipo de fútbol Florida Soccer, señalado en su momento de estar influenciado por el narcotraficante Jorge Luis Ochoa, integrante del histórico clan de los hermanos Ochoa.
La Julia: 600 hectáreas que cambian de rumbo
Las 600 hectáreas recuperadas fueron entregadas a dos asociaciones campesinas de la región, que hoy simbolizan el renacer agrícola de la región. Una de ellas es FURECA, integrada por 25 familias que proyectan un modelo productivo basado en plátano, cacao y cría de pollos.
Aunque los cultivos aún están en fase inicial, los campesinos y campesinas ya avanzan en la preparación del terreno para devolverle su vocación. Así lo señala Luz Elvia Vanegas Ramírez, representante legal de FURECA, quien agradeció a la Agencia Nacional de Tierras por el acompañamiento y por confiar en las mujeres, víctimas y campesinos de La Dorada (Caldas).
La segunda asociación beneficiada es Agrovíctimas La Dorada, con 74 afiliados: una organización integrada por familias víctimas del conflicto, para quienes la tierra significa mucho más que una herramienta de trabajo: es una forma de reparación, estabilidad y dignidad.
Estas 600 hectáreas, antes ligadas a redes del crimen organizado, hoy están en manos de quienes realmente trabajan la tierra para vivir con dignidad, reconstruir su comunidad y aportar a la soberanía alimentaria del país. Donde antes hubo operaciones de lavado de activos, hoy hay reuniones comunitarias, planificación agrícola y sueños colectivos que empiezan a dar nueva vida al territorio.
El proceso de transformación no ocurre de un día para otro, pero en La Julia ya se respira un nuevo aire. La recuperación de estos dos predios por parte de la Agencia Nacional de Tierras demuestra que el cambio real no solo se materializa en sentencias o resoluciones, sino en lo que sucede después: en quién pisa la tierra, qué se siembra, qué se produce y cómo las familias comienzan a convertirse en empresarios del campo a partir de la comercialización de sus productos sostenibles.
